Hoy os queremos hablar de una patología que, aunque infrecuente, es de vital importancia conocerla por su gravedad. Se trata del Retinoblastoma, el tumor intraocular maligno más frecuente en la infancia.

Le ocurre a 1 de cada 17.000 nacidos vivos y se presenta de forma hereditaria en el 25% de los casos. Es muy importante detectarlo cuanto antes. Se puede observar antes de los 3 años y es la primera sospecha ante cualquier leucocoria infantil (pupila blanca).

Hoy en día, gracias a la tecnología, los padres y familiares fotografían constantemente a los más pequeños. Gracias a algo tan sencillo como una fotografía en la que se observa un reflejo blanco donde debería de haber uno rojo, se puede detectar el retinoblastoma. Según algunos estudios, gracias a este signo se detectan el 60% de los casos.

(Colorimetric and longitudinal analysis of leukocoria in recreational photographs of children with retinoblastoma. Abdolvahabi A, Taylor BW, Holden RL, Shaw EV, Kentsis A, Rodriguez-Galindo C, Mukai S, Shaw BF. PLoS One. 2013 Oct 30;8(10):e76677.)

Además de la leucocoria, otros signos de alarma son el estrabismo, buftalmos (ojos muy grandes), inflamación orbitaria, midriasis unilateral (pupila más dilatada en un ojo), heterocromía de iris (diferente color) y uveítis.

En el fondo de ojo se observa una lesión homogénea de color blanco en forma de cúpula que se va volviendo irregular por la calcificación.

Ante cualquier sospecha de retinoblastoma, se debe realizar una prueba del fulgor pupilar, tonometría, diámetro corneal y longitud axial. Pero sobre todo, se ha de explorar el fondo de ojo y realizar una ecografía ocular. Además, en casos especiales se puede realizar una tomografía computerizada y una resonancia magnética.

El diagnóstico diferencial del Retinoblastoma incluye procesos como la enfermedad de coats, retinopatía del prematuro, toxocariasis o hiperplasia de vítreo primario, entre otros.

El tratamiento del retinoblastoma tiene como objetivo salvar la vida del paciente y preservar la visión útil, por lo tanto, se deberá personalizar. La quimioterapia sistémica o intraarterial ha conseguido esperanzadores resultados en la remisión del retinoblastoma.

El pronóstico dependerá del tamaño del tumor y del momento del diagnóstico. Por eso su detección precoz es tan importante.

MSc. Ramón Llano Atanes

Departamento de Optometría