Una de la enfermedades oculares con las que más nos encontramos en la consulta de retina es la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE). Esta patología, es la causa más frecuente de ceguera en edades avanzadas.

Hasta hace unos años, el pronóstico de los que la padecían era bastante malo. Sin embargo, los avances en su detección, manejo y tratamiento han hecho que la calidad de vida de estos pacientes mejore notablemente.

Existen 2 tipos de DMAE, la seca y la húmeda. La primera, es el tipo más frecuente, progresa muy lentamente y se caracteriza por la presencia de atrofia macular.

Degeneración Macular Seca/Atrófica

Lamentablemente la DMAE seca no tiene tratamiento. Las vitaminas basadas en betacarotenos (Luteína y Zeaxantina) y omega3 han demostrado ralentizar su avance, pero no hay ningún tratamiento que devuelva la visión perdida. La investigación con células madre y el Lampalizumab (un anticuerpo monoclonal inhibidor del complemento) prometían mucho, pero de momento no han mostrado resultados eficaces.

En estos casos, el uso de ayudas de baja visión puede facilitar muchas de las actividades que estos pacientes realizan a diario. Herramientas como las lupas, las gafas prismáticas o los filtros selectivos, aprovechan el máximo resto visual del paciente para que puedan realizar una vida autosuficiente.

Degeneración Macular Húmeda/Neovascular

Por otro lado, la DMAE húmeda o neovascular, la cual puede debutar rápidamente con gran pérdida visual, es la que ha sufrido mayores avances.

Desde que empezó el nuevo siglo, nuevos fármacos antiangiogénicos (anti-VEGF) han ido evolucionando. El primero de ellos fue el Macugen® (Pegabtanib), que se vio rápidamente superado por la eficacia del Lucentis® (Ranibizumab) y Avastin® (Bevazicumab). Estos últimos, tienen la misma eficacia y se mantienen en el ojo durante 1 mes. Funcionan disminuyendo el tamaño de los vasos anormales formados en la mácula, reabsorbiendo el líquido y recuperando la estructura normal de la retina. Lo cual se traduce en una mejor visión y mayor felicidad para el paciente.

En los últimos años, la aparición de Eylea® (Aflibercept) ha mejorado esto, prolongando el tiempo que permanece el fármaco en el ojo a 2 meses.

La respuesta al tratamiento varía dependiendo de la gravedad de la enfermedad y del tiempo que se espere. No hay estudios definitivos sobre esto, pero sí que parece claro que cuanto antes se empiece mejor pronóstico tendremos, y que en la mayoría de casos suelen requerirse varias inyecciones.

En la actualidad se están investigando nuevas fórmulas de mejorar los tiempos del fármaco y su efectividad. Entre ellos se incluye el Brolucizumab, con una permanencia de 3 meses, y otros fármacos antiplaquetarios (anti-PDGF), como el Fovista (E10030).

Degeneración Macular Seca/Atrófica Húmeda/Neovascular
Síntomas Pérdida de visión central paulatina Pérdida de visión central repentina
Signos Pérdida de tejido Epitelial de la retina Líquido en la retina por vasos anormales
Pruebas a realizar Retinografía

Autofluorescencia

OCT

Retinografía

AGF

OCT

Evolución Lenta Rápida
Tratamiento Vitaminas y ayudas de Baja Visión Inyecciones de anti-VEGF

En definitiva, hoy en día contamos con un gran arsenal terapéutico con el que combatir patologías tan importantes como la Degeneración Macular, además de la Retinopatía Diabética y las Obstrucciones Venosas. Lo importante es siempre una detección precoz de la enfermedad y una rápida actuación para mejorar la visión de los pacientes y su calidad de vida.

 

MSc. Ramón Llano Atanes

Departamento de Optometría