El ojo humano es capaz de percibir cerca de 8.000 colores y matices gracias a la absorción de las radiaciones espectrales. De esta absorción, se encargan unos fotopigmentos de nuestra retina llamados conos, las cuales se estimulan en visión fotópica (luz diurna) y mesópica (menor iluminación). Mientras que otras células llamadas bastones, son las que trabajan en condiciones de escotópicas (baja iluminación).

Existen tren tipos de conos (rojo, verde y azul), que combinados adecuadamente permiten obtener todos los demás colores. Por ejemplo, el rojo y el verde dan lugar al amarillo, mientras que el verde y el azul dan lugar al cian. Estudiando los tres tipos de conos y sus alteraciones se pueden clasificar los defectos cromáticos.

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Las primeras referencias de defectos de la visión cromática datan del siglo XVIII a través de John Dalton (de ahí el termino daltonismo). La clasificación de estos defectos se establece en función del fotopigmento dañado o ausente de la retina. De esta manera se denomina protanomalía, deuteranomalía o tritanomalía cuando los sujetos no pueden diferenciar bien los colores rojo, verde y azul, respectivamente. Estos son sujetos con Tricromatismo. Ven los 3 colores primarios, pero necesitan más luz de estos para percibirlos correctamente.

Por otro lado existen sujetos daltónicos con Dicromatismo, les falta uno de los fotopigmento. Siendo estos protanopes (ausencia de rojo), deuteranopes (ausencia de verde) y tritanopes (ausencia de azul).

Los casos más graves de alteración cromática se denominan acromatopsias o monocromatismos. En estos casos, la agudeza visual puede disminuir hasta un 10%, presentándose otros síntomas como fotofobia, escotoma central y nistagmus (monocromatismo de bastones).

Estas anomalías del color a las que nos hemos referido se presentan congénitamente, los cuales suelen ser estables a lo largo de la vida. Normalmente están ligados al cromosoma X de carácter recesivo, por eso es más probable que la alteración la herede un hombre a una mujer. Sin embargo, Existen alteraciones cromáticas adquiridas que constituyen un signo de alarma ya que se relacionan con patologías oculares o sistémicas, así como con traumas, drogas o exposición a toxinas. Las patologías oculares más relacionadas con la alteración de los colores son las cataratas, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), las lesiones del nervio óptico y las distrofias hereditarias de la retina.

En la clínica diaria, los defectos cromáticos se pueden detectar mediante pruebas muy sencillas. Una de ellas es el conocido test de Isihara, que representan unas imágenes compuestas por pequeños círculos de colores dibujando un número o una figura.

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Otro de los test más utilizados es el de Farnsworth-Munsell. Este consiste en la colocación de unas piezas de diferente color y se puede conseguir discriminar anomalías del color con mayor exactitud.

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El estudio de la visión cromática es interesante en todas las personas, pero sobre todo en aquellas que quieran ingresar en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, así como en otras profesiones donde se requiera una buena visión.

No existe un tratamiento para las alteraciones congénitas de la visión. Sin embargo existen formas de compensar ciertas condiciones oculares. Un descubrimiento reciente, han sido las gafas de la empresa EnChroma, que separan las longitudes de onda roja y verde (en sujeto protan y deutan) para poder diferenciar mejor estos colores y percibir las imágenes de forma más natural.

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MSc. Ramón Llano Atanes

Departamento de Optometría