La blefaritis es la inflamación del borde palpebral y una de las patologías con mayor prevalencia. Se produce por múltiples factores y con gran variabilidad. Entre ellos, la excesiva proliferación de las bacterias de la piel sobre el borde palpebral.

El párpado es una estructura compuesta por múltiples elementos que incluyen epitelio, músculo, folículos, vasos y glándulas secretoras. Cuando estas glándulas se obstruyen por la secreción excesiva de grasa (meibomitis), se produce un aumento de las bacterias que causan complicaciones en la superficie ocular que suele afectar a ambos ojos.

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Blefaritis anterior en borde palpebral superior (izquierda) e inferior (derecha)

Las blefaritis pueden no causar ningún síntoma o provocar irritación, escozor, lagrimeo, presencia de costras, sensación de cuerpo extraño y los ojos pegados al despertar. Estos síntomas se agravan en caso de que se produzca una complicación como queratitis, chalazión, conjuntivitis, etc.

chalazion y queratitis sicca

Chalazión ojo izquierdo de una paciente con blefaritis (izquierda) y queratitis filamentosa de un paciente con ojo seco y blefaritis (derecha)

Las blefaritis pueden clasificarse en anteriores, las cuales afectan a la zona que rodea la base de las pestañas, o posteriores, las cuales se refiere a la disfunción de las glándulas de meibomio. Los signos que se pueden observar mediante lámpara de hendidura en estos procesos incluyen la presencia de costras o escamas, bordes grasos e hiperémicos, pestañas pegadas, triquiasis, queratosis, queratitis marginal, dilatación quística de los conductos de meibomio y película lagrimal aceitosa.

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Paciente con blefaritis anterior y posterior en ambos ojos

El tratamiento para la blefaritis incluyen numerosas opciones como la limpieza palpebral con jabones de pH neutro o toallitas, el uso de colirios antibióticos o antiinflamatorios y por lo general se suelen añadir colirios lubricantes para mejorar la hidratación de las estructuras superficiales.

Cada vez se están desarrollando nuevos tratamiento como LipiFlow® (un sistema de pulsación termal para los párpados) o Estila Meibopatch® (una máscara térmica), que prometen buenos resultados cuando fallan los tratamientos clásicos. Por otro lado, en casos graves se suele requerir el tratamiento por vía oral de antibióticos o suplementos alimenticios de omega-3.

A pesar del tratamiento existe un número de pacientes en los que la patología se vuelve crónica. La reaparición de los síntomas es común en estos pacientes, además del desarrollo de ojo seco, intolerancia a lentes de contacto y otras complicaciones.

MSc. Ramón Llano Atanes

Departamento de Optometría